Es solo que hecho demenos el mundo de las hadas, de la magia, de los castillos, de los bosques y las flores, de los piratas que no eran delicuentes sino viajeros, de los oceanos, los barcos los nidos y los caminos. Extraño a los unicornios, a las sirenas, a los nogmos, a los pitufos. Volar.
Y estoy asqueada de este mundo de banqueros, maquinas, ladrillos en vez de cabañas, de la plastilina en el cuerpo y en la comida, de la television, la miseria, dolor, hambre, maltrato.
Este no es el mundo en el que me dijeron que estaba creciendo.