Desde bien pequeñita, como un castigo kármico, me he tenido que alejar de las personas que yo quería.
Y, hasta hoy, no me he dado cuenta, que
hay muchos tipos de distancias.
Y que hay más factores que alejan que el simple
espacio.
Y que dos personas no están juntas si una de ellas no quiere.
Y que
da igual si son centímetros o kilómetros, barrios o países lo que
nos separan.
Y que hay mucha gente lejos a mi lado.
Y que hay mucha gente a mi lado que está lejos.
Y que ya sólo
quiero estar, con la gente que se trabaja la cercanía,
esté
donde esté.