27 de marzo de 2013

Mensaje de una violenta

    Los métodos pacifistas están sobrevalorados.
    Me apena ver como los movimientos sociales tienen que limitar su actuación a esa etiqueta, para que la opinión pública no se le vuelva en contra. Una movilización radical no debe tener cabida en este, nuestro Real Sistema Democrático.

 ¿Y no es él el violento? La esclavitud capitalista es más violenta que tod@s los antisístemas del mundo, comúnmente llamado en los medios de comunicación como terroristas. No me refiero solo a los críos que pasan su infancia explotados en fábricas para llenar nuestras avanzadísimas tiendas de productos importantisimisimos para nuestra vida diaria, como ropa de marcas que tod@s ya conocemos.
    Me refiero a mi compañera de trabajo que no puede cuidar de su hijo cuando está enfermo porque pasa todo el día en su puesto de laboral.
    Me refiero a las familias que echan de sus casas.
    Me refiero a un porcentaje bastante alto de amig@s que no tienen nada, pero aún así están endeudados con el banco, hacienda... por diversos motivos.
    Me refiero a pasar los días en un trabajo que odias, para pagar el alquiler y vivir precariamente porque el resto del sueldo (que rara vez es mucho) es para los beneficios y comodidades de un asqueroso empresario que en vez de estarte agradecido, te trata como si no fueras nada.
    Me refiero a tener que mantener una familia cuando hace meses que no consigues trabajo, mientras ves que a l@s niñ@s se les hace rompen las zapatillas o la ropa se le queda pequeña.

    Todos estos casos, y más, son los que generan en mi interior violencia, llevándome a simpatizar con determinadas posturas radicales o posicionamientos antisistemas. En este momento del discurso, es cuando la señora opinión pública te dice: ¡No hay que escucharla! ¡No sigas leyendo! ¡Es una antisistema! Ya no tiene razón en nada. ¿La vas a oír?.

   Cuidado, porque la frustración de la violencia cotidiana es la que siembran tentaciones explosivas hacia determinadas sedes. Empieza a nacer en mí admiración y solidaridad por personas que no sólo son tentadas.

    Ustedes me hacen violenta. Y cada vez a más gente. Tengan cuidado.

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